El Corazón de Jesús y los Primeros Viernes de Mes
Comienza en este Primer Viernes de octubre a celebración de los Nueve Primeros Viernes de mes al Sagrado Corazón de Jesús.
En este año 2020 estamos celebrando los cien años de la Canonización de Santa Margarita María de Alacoque, la gran impulsora y difusora de la devoción al Corazón de Jesús.
Hermanos y Amigos la devoción al Corazón de Jesús nos invita a contemplar el misterio inefable del amor divino manifestado en Cristo.
La Devoción al Corazón divino de Jesucristo se empezó a practicar, en su esencia, ya en los principios de la iglesia, pues los Santos tuvieron muy presente, al honrar a Jesucristo, que había manifestado su Corazón, símbolo de su amor. Con todo, esta devoción en su forma actual, se debe a las revelaciones que el mismo Jesucristo hizo a Santa Margarita María (1649-1690), sobre todo cuando el 16 de junio de 1657, descubriéndole su Corazón, le dijo: «He aquí este Corazón que ha amado tanto a los hombres, que no ha omitido nada hasta agotarse y consumirse para manifestarles su amor, y por todo reconocimiento, no recibe de la mayor parte más que ingratitudes, desprecios, irreverencias y tibiezas que tienen para mí en este sacramento de amor. »
En el Corazón de Cristo contemplamos cómo el amor de Dios se traduce por medio de Cristo en gestos cercanos a nosotros. El Corazón de Jesús nos muestra a un Dios que nos ama siempre; y de forma gratuita; no es Él el que necesita de nuestro amor, sino que somos nosotros los necesitados. Por eso nos ama incondicionalmente y no por nuestros méritos. Él nos ama siempre, como lo vemos reflejado en el Padre de la parábola del Hijo Pródigo, que no deja de salir a la puerta para ver si volvemos a su regazo. En el costado de Cristo podemos escuchar la llamada de nuestro Dios para acudir a Él y dejarnos curar las heridas de los pecados con el bálsamo de su perdón.
Dios quiere darnos su Amor plenamente y lo hace por medio del Corazón de Cristo, en el que cada uno de nosotros encuentra tesoros inagotables de amor, de misericordia, de bondad, de ternura.
La contemplación del Corazón de Jesús nos llama y nos invita a coger la mano de Cristo, más bien a dejarnos coger por Él, a beber de su costado para poder así caminar por los caminos de la donación y de la entrega. Su Corazón es fuente de fortaleza para superar las dificultades de la vida y poder caminar en la verdad, en el amor y en la esperanza. Del costado abierto de Cristo brota un aliento que disipa los egoísmos, las mentiras y todo aquello que nos impide salir al encuentro de Dios y del hermano.
El Corazón de Cristo es un referente fundamental para nuestros corazones. El Sagrado Corazón nos hace hoy una llamada a nuestro corazón y nos invita a salir de nosotros mismos, a dejar a un lado nuestras falsas seguridades humanas para fiarnos plenamente de Él y, siguiendo su ejemplo, hacer de nosotros mismos un don de amor sin reservas para nuestros hermanos. Por eso hemos de pedir, seguir pidiendo, al Señor que nos conceda un corazón a la medida del suyo, que tengamos sus sentimientos.
Os invito a cultivar esta Devoción, nos hará mucho bien y nos ayudará a vivir más centrados en Jesucristo, dejándole que Él ocupe del centro de nuestro corazón y así seamos más plenamente felices viviendo cada uno desde la vocación a la que Dios nos ha llamado.
La Devoción al Corazón de Cristo es una fuente de vida espiritual muy importante y que nos ayudará a mantenernos en la fe, a crecer en la fe, a fortalecer nuestra fe.
Esta Devoción nos ayudará sentirnos Iglesia y a vivir el amor a la Iglesia. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo. La devoción al Corazón de Cristo nos mueve a vivir con intensidad nuestra pertenencia a la Iglesia y colaborar con pasión en la tarea de la Iglesia, que es Evangelizar y Evangelizar no es sino anunciar con obras y palabras a Jesucristo, Muerto y Resucitado, Rostro del Amor y la Misericordia de Dios.
Y esta devoción nos ayudará a redescubrir la importancia de la Eucaristía y a cuidar su Celebración y vivir lo que significa. La Eucaristía es la Presencia Real de Jesús. Es su Corazón vivo que se nos da. La Eucaristía es el centro de toda la vida cristiana. La devoción del Corazón de Cristo nos ayuda a que la Eucaristía tenga importancia capital para nuestra vida cristiana, tanto en su dimensión de Celebración, donde nos alimentamos del Pan de Vida, como su dimensión de Adoración, donde reconocemos a Cristo como Señor de nuestra vida y también nuestro Descanso y Sosiego.
Y esta Devoción nos ayudará a vivir la Caridad con los demás. En estos momentos de pandemia, nos ayuda a no encerrarnos en nosotros mismos, a vivir atentos a los demás.
Animo a vivir esta Devoción y a profundizar en esta espiritualidad. Quiero terminar con las Doce Promesas que el Corazón de Cristo le hace a Santa Margarita y que se encuentran esparcidas en sus escritos:
- Le daré todas las gracias necesarias para su estado de vida
- Estableceré la paz en sus hogares
- Le confortaré en todas sus aflicciones
- Seré su refugio seguro durante la vida, y sobre todo, durante la muerte
- Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas
- Los pecadores encontrarán en mi corazón la fuente y el infinito océano de misericordia
- Las almas tibias serán fervorosas
- Las almas fervorosas alcanzarán rápidamente una gran perfección
- Bendeciré cada lugar en el cual una imagen de mi corazón se exponga y se honre
- Daré a los sacerdotes el regalo de tocar los corazones más endurecidos
- Aquellos que promuevan esta devoción, tendrán sus nombres escritos en mi Corazón
- Prometo desde la excesiva misericordia de mi Corazón que mi amor todopoderoso concederá a todos los que reciban la Santa Comunión en los Primeros Viernes durante nueve meses consecutivos, la gracia de la perseverancia final, no morirán en mi disgusto, tampoco sin recibir los Sacramentos. Mi divino corazón será su refugio seguro en el último momento.