Tercer Día del Triduo Pascual. Pascua del Resucitado
Esta es la Gran Noticia Hermanos y Amigos: ¡Cristo ha resucitado! ¡Vivamos vida nueva! ¡Aleluya!
Hoy es un día de inmensa alegría, es el Domingo de los Domingos, la fiesta de las fiestas, pues celebramos el centro y el fundamento de nuestra fe: La Resurrección de Cristo. Por ello con el salmista cantamos: “Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”.
Hoy es un día de claridad hermosa que alumbra cada día de nuestra existencia. Hoy es el Día en que nos vemos sorprendidos por la acción misericordiosa de Dios que nos levanta de nuestros pecados, da luz a nuestras preocupaciones, nos conforta en nuestras luchas y nos consuela en nuestros sufrimientos. Hoy es el Domingo que da sentido a todos los domingos.
La Celebración de la Pascua de Resurrección nos impulsa a vivir más auténticamente la fe bautismal, a ser mejores discípulos de Jesús, acogiendo la misericordia de Dios, muriendo al pecado y viviendo para Dios en Cristo Jesús Resucitado.
La Pascua de Jesús nos invita a sacudir la indolencia y la postura individualista de la comodidad, para entregarnos a la vida comprometida, dejándonos que nuestra fe sea invadida por la Luz de Cristo y entonces seremos más auténticos en nuestro ser creyentes y comunicaremos más vivamente esta Gran Noticia a los demás a nuestro alrededor.
La Pascua es la celebración de la victoria de la vida, del amor, de la verdad, de la justicia sobre la muerte.
La Resurrección de Cristo es una llamada para todos a construir “el hombre nuevo”, que Él mismo modeló. Y podemos preguntarnos ¿Cómo manifestar que somos “hombres nuevos”?
- A través de una vida de caridad. Un cristiano mostrará con nitidez que cree en Jesucristo y vive la Resurrección cuando ama, sirve y practica las obras de misericordia.
- A través de una vida de alegría. Alegría que brota de lo más hondo del corazón, de tener presente a Cristo presente en él y que muestra que hemos renacido en la Pascua de Cristo. En medio de un mundo lleno de tristezas, de dolores y de muerte el cristiano da testimonio de Cristo Resucitado mediante la alegría pascual que nace de la experiencia del dolor asumido en la fe y desde la fe. Cristo venció al mal y nos llena de alegría.
- A través de una vida de paz. Jesús Resucitado saluda en todas las apariciones a los discípulos con la paz. La paz, lo mismo que la alegría y la caridad, es fruto del Espíritu del Resucitado. Nuestro ser creyentes nos pide ser constructores y portadores de la Paz.
Con la Pascua afirmamos y celebramos que vale la pena ser cristianos. Con Cristo resucitado la vida tiene un sentido y un horizonte:
¡Cristo ha resucitado! ¡Dejémonos resucitar por Cristo!
¡Seamos testigos de la caridad, la alegría, la paz del Resucitado en medio de nuestro mundo! ¡Gritemos a este mundo esta Gran Noticia para que la alegría que nos inunda llegue a tantos corazones, encendiendo en ellos la llama de la esperanza que no defrauda!.
A todos muy Feliz Pascua de Resurrección. ¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!
Adolfo Álvarez. Sacerdote