Aristóteles dijo que” la eternidad es tiempo que perdura siempre”, Boecio la definió como “la posesión total y simultánea de una vida interminable”; de los antiguos egipcios , una civilización impresionante que existió hace ya miles de años , no se conservan apenas viviendas, eran construcciones muy sencillas pues en ellas transcurría su breve vida terrena, sin embargo se conservan impresionantes las Tumbas y los Templos pues el pueblo egipcio tenía muy presente el concepto de Eternidad.
La Eternidad es algo que nos hace totalmente diferentes del resto de especies pues ninguna otra de nuestro planeta pierde un segundo en pensar en ésto; a pesar de que pertenecemos igualmente al mundo animal somos totalmente distintos pues anhelamos, deseamos y buscamos la Eternidad.
Es cierto que en los últimos tiempos el ser humano se ha animalizado bastante, con ello ha ido perdiendo el halo hermoso de lo espiritual, ha ido cayendo en la cultura mal entendida del “disfruta el momento”, “vive la vida”, “el mañana no existe, vive el hoy”, etc., pretendiendo convencerse y convencer de que nuestros actos no tienen consecuencias futuras e increíblemente todo lo convertimos en mundano, “la justicia no existe”, “el mal triunfa”………porque no miramos más allá; con esta visión ¿cómo es posible perdonar? ¿cómo es posible devolver bien por mal? , ¡¡eso se convierte en una locura!!.
Pero no hay que olvidar que la Eternidad existe y lo sabemos ,entre otras cosas , porque Jesucristo volvió de la muerte, volvió vivo a contárnoslo y eso es así por mucho que nos quieran convencer de lo contrario; Él nos dijo lo que es necesario para disfrutar de la felicidad eterna, nos enseñó que Él es el Camino, la Verdad y la Vida, nos habló del Paraíso y prometió guardarnos un lugar en él pero también nos habló del infierno y explicó cómo allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Así que podemos empezar intentando incluir en nuestra mente el concepto de Eternidad, debemos ampliar nuestros horizontes, vivimos una vida que no termina, es así , continúa tras la pequeña muerte que hemos de padecer , porque Dios es Amor y nos creó para la Vida , pero nuestra vida es lo que tenemos para alcanzar la eterna felicidad pues de nuestros actos y de nuestros deseos depende también la eterna condenación.
Es por tanto la vida terrena como la preparación de un examen, hemos de utilizarla disponiéndonos para el momento crucial en que debamos entregarla, nunca es tarde para empezar la tarea hermosa de nuestra conversión, Jesús nos espera con los brazos abiertos hasta el último momento de nuestra vida, pero cuanto antes comencemos en mejor disposición estaremos de ir hacia Él ; no podemos jugar con la Eternidad, es demasiado importante, demasiado triste pasarla alejado de Dios.