En el Antiguo Testamento tenemos dos figuras que a veces no tenemos del todo claras e incluso podemos llegar a confundirlas , ellos son los Patriarcas y los Profetas.
El pueblo judío en sus comienzos surgió de una familia, la organización familiar era la base de aquella sociedad y en la cúspide de la misma se encontraba el Patriarca de la familia, era el líder y señor de todo lo que se poseía, era quien tomaba las decisiones más importantes, la figura más respetada.
Por tanto los Patriarcas son personas que al frente de su familia destacaron por su fidelidad a Dios, transmitiendo su promesa de Salvación y cumpliendo su voluntad.
El primero de ellos fue Abrahám, el cual por mandato de Dios , partió de su casa con toda la parentela y toda su confianza puesta en Él y puso rumbo a la tierra prometida que Dios le mostraría pues Dios prometió a Abrahám que le haría cabeza de un gran pueblo y que de su descendencia nacería el Mesías.
De Abrahám nació Isaac y de Isaac , Jacob que tuvo doce hijos que configurarán las doce tribus de Israel y conformarán el pueblo de Dios.
Por otro lado la palabra profeta viene del lenguaje religioso y se refiere a una persona que sirve como medio entre la humanidad y la divinidad, es decir es un transmisor entre Dios y los hombres ; el Profeta es en esencia un mensajero de Dios, un elegido que nos hace llegar la palabra de Dios al resto de seres humanos, predicen acontecimientos futuros y emiten profecías.
Dios eligió a los profetas y los envió para que hablaran al pueblo y le recordaran sus deberes , un ejemplo claro de profeta es Moisés , el cual fue elegido por Dios para sacar al pueblo israelita de Egipto y guiarlo a través del desierto , viviendo incluso milagros como fueron el paso por el Mar Rojo o el maná caído del cielo, y llevarlo a la tierra prometida. Moisés bajó del monte Sinaí los diez mandamientos, estableciéndose una alianza entre Dios y los israelitas, los cuales serán el pueblo de Dios y tendrán plena conciencia de ello.
Muchos son los Profetas elegidos por Dios para hablar a su pueblo, Elías, Isaías, Jeremías, Ezequiel , Daniel , etc. y destaca el último de ellos, el que configuró el paso del Antiguo al Nuevo Testamento, el gran Juan Bautista, que vivió a la vez la Antigua y la Nueva Alianza pues conoció personalmente a Jesús , el Mesías, convirtiéndose en su anunciador “Detrás de mí viene Aquel que no bautizará con agua sino que bautizará con Espíritu Santo”.
Cuando vemos el recorrido de la historia de nuestra Salvación comprendemos cómo Dios siempre nos cuida , nos protege , nos lleva de Su mano y hace todo lo posible para ayudarnos.