Después de habernos asomado al aceite como elemento simbólico de la Liturgia y que se utiliza en la unción, gesto sobre el que también hemos hablado, seguimos ahora profundizando.
En nuestra Liturgia la unción se hace en cuatro sacramentos: Bautismo, Confirmación, Orden y Unción de los enfermos, y para ello se emplean los Santos Oleos (Óleo de los catecúmenos, óleo de los enfermos y crisma) sobre los que hemos hablado anteriormente.
En dos sacramentos, Confirmación y Unción de enfermos, la unción es el gesto principal o fundamental del sacramento. En los otros dos, Bautismo y Orden Sacerdotal la unción es un gesto complementario, pues el gesto principal en el bautismo es el baño de agua y en la Ordenación la imposición de manos.
El Sacramento del que tenemos más antiguos testimonios en cuanto al gesto de la unción como gesto principal es el Sacramento de la Unción. Así aparece en la Sagrada Escritura en la Carta de Santiago donde se nos dice: “¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que recen por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al enfermo y el Señor lo restablecerá; y si hubiera cometido algún pecado, le será perdonado” (Santiago 5, 14-15)
En la Liturgia hay otro momento donde también aparece como gesto significativo la unción y es en la Dedicación de Iglesias.
Las unciones en los Sacramentos.
Nos preguntamos ¿Qué significa y realiza la unción en los Sacramentos? Significa y realiza lo que ya veíamos que significaba en el Antiguo Testamento, y lo que después nos indicaba el Nuevo Testamento: la fuerza, la gracia de Dios, la suavidad espiritual, la consagración de las personas y las cosas, la curación, el perfume y sobre todo significa la fuerza del Espíritu Santo y sus dones.
-En el Bautismo. En este Sacramento hay dos unciones:
Una, con el óleo de los catecúmenos, que se hace antes del baño del agua, y es preparación para la lucha, pues se pide el fortalecimiento contra el mal. Es una unción que se hace sobre el pecho del que se bautiza y recuerda a los atletas y luchadores que en la edad antigua se dan masaje preparándose al esfuerzo del combate. La palabra que acompaña esta unción dice: “para que el poder de Cristo Salvador te fortalezca te ungimos con este óleo de salvación” (ritual del Bautismo). Con esta unción se quiere transmitir la fuerza de Dios para el que empieza la vida cristiana.
Otra, con el crisma, después del baño del agua, en la coronilla y esta unción es una consagración, el bautizado se incorpora a Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey. Aparece expresado en la Oración que acompaña la unción: “ Dios te consagre con el crisma de la salvación para que entres a formar parte de su pueblo y seas para siempre miembro de Cristo, sacerdote, profeta y rey” (Ritual del Bautismo). A este respecto se nos dice en el Catecismo de la Iglesia Católica número 1241: “la unción con el santo crisma, óleo perfumado y consagrado por el obispo, significa el don del Espíritu Santo al nuevo bautizado. Ha llegado a ser un cristiano, es decir, ungido por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo, que es ungido sacerdote, profeta y rey”.
-En la Confirmación. En este Sacramento la unción con el crisma es el signo fundamental o principal. Su simbolismo es la consagración y la incorporación a Cristo y a su Iglesia. Lo pone de relieve el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1289 cuando afirma: “ Esta unción ilustra el nombre de “cristiano” que significa “ungido” y que tiene su origen en el nombre de Cristo, al que Dios ungió con el Espíritu Santo (hechos 10,38)
La unción se hace en la frente del confirmado poniéndose así de relieve la visibilidad de la marca de pertenencia a Cristo, pues “ser crismado es lo mismo que ser Cristo, ser mesías, ser ungidos” (Ritual de la confirmación n.33)
-En el Sacramento de la Unción de los Enfermos. Aquí la Unción con el óleo de los enfermos es el signo principal. Se unge la frente y las manos, resumen de manera simbólica de la persona entera.
Con esta unción se pide a Dios fortaleza ante la enfermedad, ser confortados con la fuerza del Espíritu Santo ante la debilidad corporal y espiritual. Este sentido aparece muy bien expresado en las palabras que acompañan la unción: “Por esta Santa Unción y su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad”.
-En el Sacramento del Orden. Aquí la unción es un gesto complementario y se hace en la Ordenación de sacerdotes ungiendo las manos del ordenando y en la ordenación episcopal ungiéndole la cabeza.
En la ordenación sacerdotal la unción expresa un don para que las manos prolonguen visiblemente las manos de Cristo.
En la ordenación episcopal la unción quiere significar que el obispo participa plenamente en el Sacerdocio de Cristo como Pastor y guía de la Comunidad.
-Rito de Dedicación de Templos. Aquí se unge con crisma el altar, que se convierte en Símbolo de Cristo y se ungen las paredes de la Iglesia para indicar que el Templo está “dedicado todo entero y para siempre al culto cristiano”.
Como vemos es muy rico el simbolismo de este gesto de la unción, y es un signo de la realidad espiritual del Don del Espíritu Santo que como el aceite, impregna, penetra, suaviza, cura, fortalece y perfuma. Profundizar en su contenido nos ayude a celebrar y vivir mejor y más profundamente la Liturgia, actualización del Misterio de Cristo.