Los signos del Adviento
La austeridad litúrgica
Es un tiempo de preparación, que conducirá a la gran alegría de la Navidad. Por ello austeridad en el adorno del templo, más bien solo con plantas y verde.
Durante el Adviento no cantamos el Gloria. Poner carteles recordándonos el tiempo en que estamos.
Los cantos propios
El canto es una de las más eficaces formas de penetrar en nuestro interior sentimientos y actitudes. Es muy importante tener en el repertorio de la comunidad cantos propios de adviento y cantarlos solo en este tiempo.
La corona de Adviento
Es una costumbre procedente del norte de Europa.Corona de ramas verdes y que sostiene cuatro velas, por los cuatro domingos de Adviento. Y se van encendiendo a lo largo del camino de los cuatro domingos.Será una forma sencilla, tanto en la Parroquia como en casa, de tener presente este tiempo que nos va conduciendo hasta la navidad del Señor que viene entre nosotros.
El calendario de Adviento
Es un cuadro con pequeñas ventanas para cada día del mes de diciembre, hasta el 25, que se van abriendo y en cada una de ellas aparece un dibujo de tema navideño, mostrando así distintos aspectos del sentido de la fiesta. Es un buen instrumento pedagógico para introducir a los más pequeños en la vivencia de la Navidad.
La colecta para los más necesitados
Es un signo muy importante. Que se haga visible nuestra voluntad de compartir con los pobres nuestros bienes. Al mismo tiempo es una forma de recordar también que esta llamada a compartir debe ser una característica fundamental de nuestra vida cristiana.
Preparar el Belén
La mejor manera de terminar el Adviento es preparando el Belén, signo explícito de lo que celebramos en la Navidad.Hacerlo en los últimos días previos a la Navidad, porque antes es mejor mantener el clima de Adviento con la corona.
La espiritualidad del Adviento
El misterio del Cristo que viene
La Liturgia ha desarrollado en la Iglesia una auténtica espiritualidad litúrgica, centrada en la venida del Señor y en su espera. Venida del Señor en la carne; adviento del Señor al final de los tiempos, constante presencia del Señor en su Iglesia y en el corazón de los fieles que lo acogen con amor.Palabras clave en este tiempo: espera y esperanza; atención y vigilancia; acoger y compartir. La espera es una de las características del cristiano. El adviento la renueva. La Iglesia es la comunidad de la esperanza, el Adviento nos la pone ante nuestros ojos y nos la eleva.
Adviento, tiempo de la Iglesia misionera y peregrina
La iglesia ora por un Adviento pleno y definitivo, por una venida de Cristo para todos los pueblos de la tierra que todavía no han conocido al Mesías o no lo reconocen aún como el único Salvador.
La Iglesia recupera en el Adviento su misión de anuncio del Mesías a todas las gentes y la conciencia de ser reserva de esperanza para toda la humanidad, con la afirmación de que la salvación definitiva del mundo debe de venir de Cristo con su presencia escatológica. A la luz del Misterio de María, la Virgen del Adviento, la Iglesia vive en este tiempo de Adviento la experiencia de ser <<como una María histórica>>, (expresión de Rahner), que posee y da a los hombres la presencia y la gracia del Salvador.
Adviento, tiempo por excelencia de María, la Virgen de la espera
Es el tiempo mariano por excelencia del año litúrgico. María es la llena de gracia, la bendita entre las mujeres, la Virgen, la Esposa de José, la Sierva del Señor. María es la Hija de Sión, la que representa el antiguo y el nuevo Israel. Es la Virgen del <<fiat>>. Es la Virgen de la escucha y de la acogida. En su ejemplaridad hacia la Iglesia, María es plenamente la Virgen del Adviento en la doble dimensión que tiene siempre en la liturgia su memoria: presencia y ejemplaridad.
Adolfo Álvarez. Sacerdote